Cómo ser una superwoman y no morir en el intento
Estas semanas he descubierto lo que es la “conciliación
laboral”, he estado intentando desde la posición de superwoman, llegar a todo:
reuniones, sesiones, artículos por entregar, estudios, y ante todo hijos. He
acabado la semana tocada.
Me he llegado a preguntar hasta si podría combinar mi vida
personal con la laboral, he tenido que vivir esta experiencia para saber lo que
es.
¿No se cómo he llegado a todo? A pasado como un borrón y al
final he sentido que así no es como me imaginaba que iba a ser la vida laboral.
Cuando empecé la locura de emprender, me imaginaba
trabajando sólo por la mañana, relajadamente, metiendo siempre reuniones y
citas en las horas que me tenía marcadas y todo esto claro, sin despeinarme. (No
os fijáis en las películas las empresarias siempre van perfectas sin un pelo
despeinado, detrás de su mesa impoluta, ropa perfecta…) No me di cuenta que
todo hay que prepararlo, que me lleva horas preparar propuestas, que las
personas no siempre están accesibles por la mañana, y que las reuniones se
pueden alargar. Los cursos hay que meterlos en horarios diferentes al laboral y
un largo etc…
Pero renunciarías a ser madre trabajadora, mi respuesta es
no. Creo que en estos momentos soy un conjunto de todo y nada.
¿Cuántas madres emprendedoras se enfrentan todos los días a
horarios difíciles de combinación de guarderías, colegios, actividades
extraescolares, paseos, etc..?
¿Por qué renunciar a
algo?
Cuando tienes una semana donde logras encajar todo, te
sientes muy bien y entiendes que todo tiene un “Para qué”.
Me imagino después mi semana, corriendo como una loca por la
calle, sin finezas, con tacones el pelo echo una maraña y alisándome para
entrar en la reuniones, coche, guarde, coche, cole, coche, casa.
Siempre se escuchan historias sobre lo que es combinar
trabajo con hijos, pero nunca sabes realmente lo que es hasta que lo vives. Y
después toca ser una superwoman. Comidas, horarios…
A lo largo de esta semana cuando me estaba preguntando si
quedarme en casa un año mientras los niños son pequeños, me di cuenta que me
falta un gen. Cuando mis padres me fabricaron olvidaron meterme el de ama de
casa (admiro a todas esas mujeres que llevan sus casas y las tienen perfectas,
hijos incluidos).
Me gusta tener reuniones, ponerme a pensar en el siguiente
proyecto o simplemente escribir y relajarme en la oficina en un día tranquilo,
compartir con las personas mis conocimientos y ayudar en todo lo que puedo.
Impartir cursos. Me gusta trabajar.
Además me encanta hacer tiempo para ir al gimnasio, correr
un poco (por que la palabra running me queda grande), quedar con amigas (un
saludo a todas) y caminar sin un rumbo fijo.
Os voy a contar un secreto, cuando en una semana tengo mucho
trabajo pero hay un día perfecto, de viento, de sol, de olas me encanta
escaparme, cambio toda la agenda y me escapo a hacer surf, se lo recomiendo a
todo el mundo, es liberador. Un baño glass, de olas largas, sol de octubre…
Bueno que me pierdo mi mente ya estaba en otro universo
paralelo…
Lo importante que es crear pequeños oasis de relax en la
vida.
Pero en toda esta locura de reuniones, trabajo, deportes, etc.
mis niñas son lo más importante y mis tardes son todas suyas, o lo intento. La
experiencia de ser madre me ha cambiado la vida, de llevar una vida más
sedentaria a una vida totalmente activa.
Y por ellas lo que haga falta, me han llenado la vida de
matices de colores, cuando antes era todo blanco o negro ahora tengo un arcoíris
de posibilidades. Ellas me han enseñado muchas cosas: que mi paciencia no tiene
límites, que al día le faltan horas, que a las cuatro de la mañana es una buena
hora para jugar, que un domingo si te levantas a las 7:00 puedes hacer muchas
cosas, que el baño es una buena piscina de muñecas…
Un abrazo a todas esas mujeres trabajadoras, madres y a las
que no lo son también porque son tías, amigas, etc. comparten nuestra
maternidad y nuestra locura.
Un abrazo también a los abuelos, que haría sin ellos..