El amor romántico
¿Por qué se
nos olvida tan fácil el amor?
Me estoy
dando cuenta que el amor es algo muy frágil, en un momento puedes amar
locamente y a la siguiente hora impera en ti un odio o una indiferencia hacía
la otra persona.
¿Por qué será?
¿Qué puede
pasar en nuestra mente que en un segundo sientas que hasta te duele el alma de
tanto que quieres a esa persona y al rato estás pensando en dejarla porque
crees que no sientes nada o que las cosas se están haciendo rutinarias?
No estoy hablando
de que pasen años hasta que te des cuenta que no sientes nada, no, estoy
hablando de un segundo. Os cuento una historia:
Secundina
era una chica alegre con una pareja estupenda se comprendían y se llevaban muy bien,
siempre estaban uno encima del otro dándose mimos, un martes como cualquier
otro estaban haciéndose arrumacos en el sofá cuando a ella le vinieron a la
cabeza unos recuerdos de una salida nocturna que hicieron con unos amigos hacía
dos semanas y decidió que era un buen momento para sacar todo aquello a relucir,
¿podéis imaginar que pasó? Pues que decidieron dejarlo ese día.
¿Cómo puede
ser que pases de estar todo bonito e idílico a una ruptura?
Como puede ser
que cuando te imaginas aquella bronca sólo puedes recordar que estaba todo tan
bien, que era un momento ideal, que no podías ser más feliz, un momento único.
Lo único que
se me ocurre para comprenderlo es hacer un balance sobre el amor romántico:
Cuando eres adolescente te gustan todos los chicos “guapos”, hasta que decides
que uno es el amor de tu vida. Que locura me dio a mi cuando era joven con un
niño, en verdad no importaba mucho si él sentía lo mismo, te pasabas horas
poniendo tu nombre junto al de él en corazoncitos, suspirando por las esquinas,
poniéndote colorada cada vez que te daba una mirada, jajaja que recuerdos.
Pasas esa etapa donde te das cuenta que simplemente era un amor platónico, un
amor adolescente, efímero como vino de repente se va.
Pasas los
15, 16, 17 y te empiezan a gustar otro tipo de chicos y la cosa no es tan
inocente como antes. Empiezas a sentir química que algo se mueve por dentro y
de repente bum surge el amor, un amor que te vuelve tarumba, pierdes el norte,
aquellas ideas que tenías sobre la vida y la independencia femenina borradas de
un plumazo y sólo quieres estar con esa persona y besarlo a todas horas… (Yo no
lo he hecho, jajajajaja).
Y después
ese amor que nació con la adolescencia cuando pasas de los 20 años se va
haciendo maduro y ya no eres tan explosivo, piensas más las cosas y vas dejando
poco a poco que él no sea tu preferencia y vayas buscando otras metas,
normalmente laborales.
Pero el
problema no reside ahí los 20 años suele ser de transición donde te vas dando
cuenta que poco a poco vas dejando la adolescencia y haciéndote maduro pero es
un cambio al que te resistes un poquitín.
Entonces
llegas a los 30, que cuando eres adolescente crees que cuando llegues lo vas a
tener todo atado, casa, coche, carrera, pareja, hijos… y te das cuenta que no
es así y te pasas gran parte de esa década buscando quien eres, que haces en el
paneta o quien es la persona que te acompaña, y a medida que vas caminando
hacia los cuarenta te vas planteando que a lo mejor no quieres lo mismo que
querías con 20 años, tu carrera te parece aburrida y buscas nuevos aires que te
lleven hacia dónde quieres ir, empiezas a tener claro lo que no quieres y
dentro de esas cosas que te empiezas a replantear, como no, está la pareja, esa
con la que has tenido tantos momentos bonitos y no tan bonitos. Pero no crees
que tenga mucho que ver contigo en este punto de tu vida. Y que haces, ¿pasas a
otro nivel?, ¿aguantas porque está escrito a si?
Y esto me
lleva al principio de la historia, donde podemos romper muchos mitos del amor romántico.
Si sólo leemos la historia de esta manera, parece todo ideal y lo que pasa es
que dentro de una relación hay miedos, cuenta también la falta de autoestima y
que con los años vas adquiriendo conocimientos y a lo mejor cuando antes
necesitabas un apoyo en tu vida para hacer ciertas cosas, ahora no. Por qué te
diste cuenta que eres independiente que tienes la suficiente fuerza para
caminar sólo.
Nos damos
cuenta que caminamos por la vida con un montón de inseguridades y menos mal que
no son para siempre que cuando te decides a trabajarlas. Te conviertes en una
mariposa.
A veces te
das cuenta que la persona que camina a tu lado es un ser maravilloso que habías
descuidado, por centrarte en tu camino, y otras veces te das cuenta que ya no estáis
en el mismo punto y es hora de fluir.
Espero que dentro
de vuestros caminos seáis lo más felices posible mientras vivís todos los
aprendizajes que os trae la vida.
“LA
intimidad no es únicamente física. Es el acto de conectarse con alguien tan
profundamente, que sientes que puedes tocar su alma.”
Es cuando de
repente te das cuenta que el amor que estabas buscando siempre estuvo contigo,
en tu interior. Amate a ti mismo sin barreras y podrás amar a la vida.